Willian Baldayaque
Me empecé a interesar en la política cuando fui misionero de la iglesia
de Jesucristo en los años 2002. Gracia a esta experiencia donde tuve la
oportunidad de caminar y conocer los diferentes barrios de Santo Domingo conocí
vi la realidad de la pobreza en la que mi país se encontraba. Esta realidad antes
no era algo que me interesaba, porque como adolescente mis preocupaciones eran
otras.
Pero ahí estaba visitando hogares donde no había que comer, donde el
cabeza del hogar no tenía trabajo y sus hijos estaban ahí en espera del milagro
de la vida. Yo en mi papel de misionero solo llevaba fe y esperanza de una vida
mejor en el cielo, mientras en la tierra su vida era miseria.
Cristian Garcias, uno de los mejores hombres que he conocido fue unos de
los más de 15 compañero que tuve en 2 años y en una ocasión saliendo del hogar
de una de estas familias, dijo que a veces lo que esa persona necesitaban era
dinero para resolver sus problemas y no solo la palabra de Dios.
Aprendí que la solución no está solo en creer que ganare el cielo,
mientras hay problemas que requieren más que tener fe. Requiere de políticos menos
corrupto y que la riquezas de país sea mejor distribuida.
Ayer vi al presidente una vez más en Montecristi aprobar proyectos que
beneficiaran miles de personas, en especial lo de la zona costera, quienes para
vivir debían disponer de 2 mil pesos solo para comprar camiones de agua para
sus usos personales, ya que no le llega el preciado líquido, mientras en mi
casa y en la tuya el agua se pierde.
En 36 años nunca había visto un presidente visitar a Montecristi más de
30 veces, sé que Montecristi en votos para un presidente no representa
absolutamente nada, sea como sea que lo queramos llamar, esas personas tendrás
sus problemas resueltos y la calidad de vida mejorara.
La política es la única vía para resolver los problemas que hoy
padecemos. Podemos seguir orando y confiando en una sociedad mejor, pero los
buenos hombres y mujeres deben de involucrarse para ocupar los puestos de
decisiones en beneficios de los demás.
Danilo no será el mejor para usted, pero sería mezquino si no reconoce
que nunca en la historia de Montecristi un primer mandatario lo visitara tanto y resolviera tantos problemas que por años padecíamos.