Willian Baldayaque
Hace día leí como en el país existen 154 bancas de lotería por cada
escuela pública y me percate como en Montecristi se han instalado dos nuevas
bancas de apuesta en la avenida Duarte, sin importa o tomar en cuenta lo que la Ley
establece, de 500 metros lineales de distancia entre una banca y otra.
Otro día mientras iba por esta vía conté junto a una persona que me
acompañaba más de 10 bancas de apuestas, solo desde la avenida Benito Monción
hasta una esquina después de la Policía Nacional, llegando a ver que existen
bancas que están hasta una al lado de otras prácticamente.
No existe una estadística que me diga a mí, cuantos millonarios han dado
las bancas de apuestas de más de 7 sorteos que existe en el país, en diferentes
horarios, llevando a la gente a correr hacia esos negocios a probar la suerte obtenida
según ellos de un sueños enviado del cielo, sabiendo que otros 10 millones de
dominicanos se soñaron con otro número y que igualmente tienen la fe de que se
sacaran.
Pero el tema es, que desarrolla más un pueblo? Mas banca de apuesta o más
escuelas y universidades?
Contribuye al desarrollo de los pueblos más de 120 mil banca que según informe
tenemos en todo el país, muchas de ella ilegales?
Solo en Samaná como ejemplo del desorden, existían 78 bancas legales, pero que ahora
operan 390 puntos ilegales, ejemplo que nos permite evaluar que en Montecristi
no estamos muy lejos de estar en la misma o peor situación, sin mencionar la
capital que solo en una plaza comercial te instalan hasta 5 bancas con menos de
10 metros de distancias.
No busco se eliminen las bancas, total la gente seguirá jugando a la
suerte, creyendo que se harán rico jugando y no estudiando ni trabajando y
sobre todo controlando el gasto sin control ni medidas que es muy común aquí.
Mientras el desarrollo de ti como persona este cimentado sobre la base
del ¨AZAR¨, siendo sus sinónimos la casualidad,
suerte, quizá, posiblemente, tal vez, entonces seguiremos viendo los mismos
resultados de hoy, pobreza y miseria no solo económica, sino mental.