Por.- Willian Baldayaque
Lo primero es recordar que existen dos grupos de salineros en Montecristi.
El primero es el salinero
pobre que no tiene dinero para impulsar sus cuadros de sal, nunca ha encontrado
un banco que le preste dinero, para de
esta forma invertirlo contratando manos de obra, producir más sal y así ser
competitivo.
El segundo es el
salinero rico, compra a precio de vaca muerta la poca sal, que pobremente los
productores pobre producen, y así se
beneficia del desorden, de la falta de organización, y de la falta de unidad de
parte de los salineros pobres.
Es bueno destacar que la poca organización y
falta de mercado, hace que el precio de la sal, nunca tome un valor que permita
a estos mismos independizarse de quienes se la compra a precio de miserias.
La solución, el
presidente Luis Abinader ha manifestado interés en ayudar a este sector, y si logramos
el respaldo del gobierno, y se organiza el mercado el producto pues tomara un mejor
valor y podrá sostener su producción, cubrir los gastos y deudas que adquiera a
través de la Cooperativa que se planea organizar.
Si esto se logra, el rico no podrá comprar más
sal barata como ahora y tendrá que dedicarse a producir su propia sal y competir
en igualdad con los demás.
Ante esta realidad, nos queda solo una cosa,
que el gobierno continúe con sus planes y se lleve por delante a todo el que se
oponga y quiera continuar beneficiándose del caos, para que la gran mayoría pueda
al fin sea beneficiada, y dignificada, como esperamos los buenos Montecristeños.