Por.- Willian Baldayaque
Hace días 5 menores de
edad, que conducían un auto en la autopista Duarte en La Vega, perdieron la
vida al impactar contra una pared debido a la alta velocidad que conducían y
por consumir alcohol a la vez.
Hace días un joven ahogo
a una joven de 15 años del cual estaba enamorada, en una piscina, por
cuestiones de celos. Según informaciones de la familia la perseguía y celaba
siempre.
Hoy un joven de 20 años se
ahorco, dejando una carta donde explicaba que se había enamorado de ella como
no pensó en la vida.
Evidentemente estamos
frente a una cruel realidad que como sociedad, no hemos sabido enfrentar y
buscarle un stop rápidamente. Ni siquiera creo que el Estado esté pensando
seriamente como reducir estos problemas, que nos llegan a afectar a todos.
Mientras la felicidad y
la fortaleza no se construyan desde lo interior, y no desde lo visible, desde
los placeres, la vanidad y el confort, seguiremos teniendo una juventud vacía y
con la autoestima débil y a la vez, hombre y mujeres con los mismos problemas.
No tengo la varita mágica
para solucionar estos problemas, pero como ciudadano, padre y hombre me
preocupa y pienso en soluciones. Y una de ellas no dudo que sea que los padres
presten más atención a lo que hacen sus hijos, con quien salen, que escuchan,
que ven y que hacen.
Necesitamos ser más
celosos con ellos. Aunque nos cataloguen de ser padres gruñones y molestos,
al final lo que importa es fortalecerle de forma tal, que vayan por la vida
seguro de sí mismo. Con la capacidad de sobrepasar cualquier experiencia de adolescente y con la visión clara de que realmente es lo que importa y tiene
valor en la vida.
Dios no ayude a ser sabio
y saber que herramienta utilizar para enfrentar estas situaciones que se dan
hoy en los medios, pero que pueden llegar a nuestros hogares.