La defensa del Joaquín “El Chapo” Guzmán, cuyo
juicio comenzó ayer martes en Nueva York, aseguró que el capo es un
chivo expiatorio del gobierno de México, al que acusó de recibir cientos
de millones de dólares en sobornos del narcotráfico.
La fiscalía, no obstante, lo presentó como un despiadado asesino que
durante 25 años envió a Estados Unidos decenas de toneladas de droga,
toda la que quiso.
Los argumentos de apertura comenzaron con horas de retraso luego de
la retirada de dos jurados que debieron ser reemplazados: una mujer
hispana que aseguró que el proceso le está provocando problemas de
salud, y un hombre que dijo que no podría mantenerse si deja de trabajar
durante más de cuatro meses, la duración estimada del juicio.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y su antecesor, Felipe
Calderón, negaron ayer haber recibido sobornos del cártel de Sinaloa,
como denunció la defensa del narcotraficante Joaquín “el Chapo” Guzmán.
“El gobierno de @EPN (Enrique Peña Nieto) persiguió, capturó y
extraditó al criminal Joaquín Guzmán Loera. Las afirmaciones atribuidas a
su abogado son completamente falsas y difamatorias”, escribió en la red
social Twitter Eduardo Sánchez, vocero de la presidencia mexicana.
Ante el jurado, el abogado de Guzmán, Jeffrey Lichtman, aseguró que
el verdadero jefe del cartel de Sinaloa es Ismael “el Mayo” Zambada,
coacusado en el proceso y prófugo de la justicia, quien habría pagado
cientos de millones de dólares “al actual y al anterior presidente de
México”.
Calderón, mandatario entre 2006 y 2012, quien lanzó una polémica
ofensiva militar antidrogas, fue el primero en rechazar las acusaciones a
través de un mensaje de Twitter.
“Son absolutamente falsas y temerarias las afirmaciones que se dice
realizó el abogado de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán. Ni él, ni el cártel de
Sinaloa ni ningún otro realizó pagos a mi persona”, escribió Calderón.