Willian Baldayaque
Hoy que amanece nuestra querida ciudad bajo lluvia, el
cerebro automáticamente piensa en aquellas cosas que van acorde con el clima y
el tiempo. Inevitable no pensar en una fémina que nos acompañe seria mentirle,
igual el quedarse bajo sabana, con una taza de chocolate, pan tostado y sin una
gota del zinc que caiga en el centro de la cama seria el momento ideal.
Pero así como una gota de agua dando en el mismo
centro de tu cama bajo lluvia daña o mutila el momento y te recuerdan lo pobre
que eres, hay alimentos que igualmente se ven mutilados con el tiempo,
representando una afrenta al buen vivir y al buen comer.
Siendo portavoz de una buena amiga que sufre cuando su
plato favorito es preparado y vendido de otra forma, aprovecho la oportunidad
para ir en su defensa y evitar que las buenas costumbre se vayan perdiendo con el tiempo.
Veamos…
1.- El chocolate de agua señores, quien le dijo que el
chocolate se hace sin leche? Pueden llamarlo de cualquier forma, pero si no
tiene leche va de ahí.
2.- El pan sobao con mantequilla no pega, lo correcto
es pan de agua, de lo contrario usted sigue dañando la gastronomía nuestra con
sus malas prácticas.
3.- El hot dogs con salchicha a la plancha y no
salcochado (sanchochado) es una falta de respecto. Es triste ver como el sabor
cambia automáticamente con la ocurrencia de esa gente que no aprecian las cosas
originales.
4.- La ensalada mixta con cebolla, pero donde vamos a
llegar, como es que unos de los platos más sabrosos usted lo daña dique con
cebolla, cárcel por dañinos.
5.- Arroz con queso? De verdad que aquí si fue que la
votaron, está bien que con huevo si pegue en asunto pero de ahí a meterle
queso, no ombe no.
6.- El pescado a vapor, una vaina que ni se cocina prácticamente
bien. Así no señores.
7.- El frito de guineo fue una obra de satanás, espero
Dios le tenga lo suyo guardado a todo esos fritureros que siguen con esa mala práctica.
La lista es interminable, usted igualmente puede
denunciarla y corregir a todo el que contribuye de forma negativa en la mutilación
de la gastronomía dominicana, que cada día más va en detrimento del buen comer.