La paralización de los proyectos de
infraestructura por los casos de corrupción es un dilema que hace cada
vez más pobre a Latinoamérica, por lo que se deben adoptar nuevos
mecanismos para evitarlo, dijo hoy el presidente del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno.
El estancamiento en la mayoría de los casos se debe a que se impone
la nulidad de los contratos de las obras en ejecución, una sanción que
afecta tanto a "justos como a pecadores", declaró el alto ejecutivo que
participa de un foro de transparencia en Panamá.
"En casi la mitad de los países de la región hay investigaciones en
marcha por la corrupción en proyectos de obras públicas, además un
número importante de políticos y empresarios de la construcción cumplen
procesos penales, y varios de ellos condenas", expresó.
Moreno indicó que la transparencia e integridad actualmente son una
máxima prioridad en la agenda política de la región, pero el ejercicio
de la penalización no deja de ser difícil e indispensable para las
democracias.
"La principal consecuencia de esta crisis es que muchos de los países
han paralizado inversiones, y de la mano, la ejecución de muchos
proyectos de obras publicas, esto es grave porque necesitamos modernizar
nuestra infraestructura para desarrollarnos y tener más productividad",
manifestó.
El directivo explicó que Latinoamérica tiene que invertir un 5 por
ciento del producto interno bruto (PIB) en infraestructura, pero en las
últimas dos décadas solo se ha realizado la mitad; sin embargo, expuso
que países de Asia invierten un 8 por ciento de su PIB.
"No solo nos estamos quedando atrás, la paralización de las obras nos
esta haciendo más pobres", advirtió Moreno en la inauguración del I
Foro para Fortalecer el Diálogo Regional en Materia de Transparencia en
la Inversión y Proyectos de Infraestructura.
Citó como ejemplos de paralización por casos de corrupción a naciones
como Colombia, que cuenta con varios proyectos valorados en millones de
dólares que no han sido terminados por estar en procesos de litigios.
De igual forma está Perú, cuyo Gobierno calcula que hay proyectos
pendientes de ejecución por más de 9.000 millones de dólares, a la vez
contabilizan la perdida de miles de empleos y decenas de empresas en
quiebra.
En el caso de Brasil, las obras paralizadas por irregularidades
totalizan unos 27.000 millones de dólares, una cifra que supera el PIB
de un país como El Salvador.
"Estas paralizaciones se producen porque la mayoría de los países
exige que ante hechos de corrupción en obras públicas se anulen los
contratos, el principio es claro, la corrupción no debe ser rentable; el
problema es que la nulidad trae consigo un efecto derrame que castiga a
muchas personas", señaló Moreno.
Enfatizó que para salir de esa trampa se deben hallar respuestas
complementarias a la nulidad que castiga a los corruptos, pero que
también permita la continuidad de las obras.
El presidente informó de que el BID presentará mañana viernes, un
informe con las recomendaciones de expertos para abordar la
transparencia y la corrupción en los proyectos de construcción. En el
documento recomiendan esquemas para separar la parte dañada de contrato,
sistema de contraloría social, y sanciones.
"Nuestro objetivo es analizar el impacto económico de esta crisis y
buscar respuesta que sirva para remediarla y prevenirla (...), la
infraestructura no es solo clave para el desarrollo de economías, sino
una herramienta indispensable para mejorar vidas, y ningún país puede
darse el lujo para mantenerlas paralizadas", reflexionó Moreno.
Junto a Moreno asistió al evento el presidente de Panamá, Juan Carlos
Varela, la vicepresidenta y canciller panameña, Isabel De Saint Malo de
Alvarado, la procuradora general de la Nación, Kenia Porcell y la
gerente del BID para Centroamérica, México, Panamá, República Dominicana
y Haití, Verónica Zavala.