Willian Baldayaque
Siempre admiro sus publicaciones que tratan de su
afecto hacia su esposa e hijas y lo que ella son capaz de inspirar en él. A
pesar de sus publicaciones sobre críticas constructivas a los problemas que
padecemos como pueblo y país, siempre tiene tiempo para el amor.
Sus retazos, algunas estrofas de canciones de grandes
autores, su esposa a quién no tengo el placer de conocer, pero que sería un
honor, por ser el motivo de tantos razones para el desnudarse en sentimientos, sus hijas y su pueblo, son los principales fuente de inspiración.
Ayer Ely Taveras, Isabel Rosario y mi hermana Marizol
Baldayaque, le comentaron una estrofa de una canción que me hizo pensar en cómo
sin el buscarlo, ya que sé que él no vive para los demás, aporta sobre un tema que está
en decadencia hoy en día y que es tan diferente a otras publicaciones como los culos,
las nalgas, las caras lindas y descerebradas que con frecuencia tenemos que
ver.
Y es justamente en ese sentido que considero que su
personalidad tan original, la cual admiro ayuda a que volvamos a esos tiempos y
a esos sentimientos que tantos autores han plasmado en canciones, con las cuales
nos identificamos, pero que pocos valoran y aplican en su vida o relación.
Dice el Psicólogo José Miguel Gómez: ¨Amar no está en crisis, en crisis se encuentran las
personas; sobre todos, los que han adoptado la cultura de las relaciones
desechables, de lo sustituible, de lo poco duradero, de lo fugaz, de la
dependencia afectiva, y de amar sin libertad y sin pasión.
Ese
amar tipo Cupido transferido a la pareja, de que: “el amor todo lo soporta,
todo lo entrega, todo aguanta, todo lo sufre, todo lo perdona, todo lo suple,
todo lo calla”, etc. Ese es un amor que estimula y posesiona un objetivo y
fundamento de un amor de dependencia, tóxico, enfermizo, adictivo, de sumisión
y de control.
Amar
implica cuidar, proteger, no dañar, no hacer de la pareja un riesgo, una
vulnerabilidad, un proceso de inseguridad y desafío que no se sabe cómo,
cuándo, dónde terminar.¨
En la actualidad es común ver como se toma tan
ligeramente los sentimientos. Como se da la sobra, o se evita entregarse más allá,
que el roce pasajero o físico. Como se juega y actúa en nombre del amor, llegándose
a catalogar de ridículo las expresiones de afectos o de cariño.
No se ama para sufrir o hacer sufrir, sino para vivir,
para cuidar, para dar y recibir lo mejor de la existencia humana. Sentimiento
que hoy en día muchos prefiere no correr el riesgo, por temor a no ser utilizado una vez más, como en experiencia anteriores.
A pesar de todo eso, Jeffrey Cabrera, sigue diciéndonos a
través de sus publicaciones que sí, que si vale la pena amar sin perder la cabeza,
pero sobre todo que la vida te da la oportunidad de encontrar a un persona
capaz de sostenerte de las manos, de mirarte fijamente a los ojos y provocarte decirle, como lo
hiciste en tu 7mo aniversario:
¨Entraste
sin preguntar, acomodaste tu risa en mi alma y todo floreció. Ahora tengo menos
espacio en la cama, pero mis manos por las noches no duermen tan vacías. Hoy
siete años después celebro tu miopía y que desde que llegaste mi mundo está
sobrepoblado de alegría. Feliz aniversario Flaca.¨
Bah