Por.- Willian Baldayaque
Hace día
comentaba como de muy joven me topé con
la columna de la sexóloga dominicana Nancy Álvarez, conocida como ¨Consultando
con Nancy¨, donde los lectores enviaban sus preguntas, para obtener una orientación
respecto a sus problemas sexuales.
Ciertamente
las consultas sobre el tamaño del pene eran muy frecuentes, lo que evidenciaba
que este ha sido un tema de interés o de muchas preocupaciones de los hombres. Ante
esta preocupación tan común, solo recordaba la jocosa y
particular repuesta de la Doctora Nancy: ¨Más
vale chiquito y juguetón, que grande y manganzón.¨
Aunque
existe una ampliar falta de orientación sexual en el país, el hombre y la mujer
no se preocupa por conocer nada al respecto, sino que andan por ahí con ideas
muy erradas sobre el sexo y sus órganos. Sus conocimientos sobre sexualidad lo
extraen de película pornográfica, de cuentos de amigos, charlas de patio o callejón,
tabúes de sus padres trasmitido por generación, de novelas y cuentos de camino
que amigos y amigas en intimidad comparten, en donde regularmente todos son expertos
en la materia.
El
dominicano es el que más sabes del sexo, es lo más duro, lo más fuerte, aprendió que hay que darle duro y la mujer aprendió que si no le dan pescozones
no se excita y el hombre no está complacido, por solo mencionar un ejemplo. Las
películas de sexo mostraron que tres horas de penetración corrida y sin parar es
lo que le gusta a ella y hoy los hombres corren a la farmacia en búsqueda de
ayuda, porque si no es a darle duro, eres un palomo o flojo.
Producto
de este problema, hoy en día los jóvenes son los mayores consumidores de
pastilla para aumentar la potencia sexual, cuando la realidad es que estas
pastillas se crearon para personas de mayores de 60 años. Pero como existe
tanta desorientación, el mercado se beneficia de dicha ignorancia.
Pero si
el tema de la potencia sexual es un problema, el tamaño sí que es preocupante.
Frecuentemente jóvenes y adultos en consulta entienden y creen que tienen el
pene muy pequeño, lo que según médicos
especialistas dicen que esta idea le ha afectado el desarrollo de su vida en
muchos aspectos. Producto de la confusión y mala información.
Según datos: ¨De todos los
pacientes que acuden a la consulta de urólogos, con la preocupación del tamaño
de su pene, solo entre 1.5 a 2% tienen realmente un pene pequeño o lo que es lo
mismo un micro pene, lo que quiere decir que de 100 hombres que visitan la
consulta de Urología por esta preocupación, realmente solo uno o dos hombres
tienen el problema y por ende entre 97-99 hombres que nos visitan están
normales.¨ Es decir, si tomamos esta muestra y la aplicamos a la población podríamos
tener el mismo porcentaje con muy mínimo error en el resultado.¨
El destacado urólogo, Pablo Mateo, agrega: Como se puede ver, es alarmante la cantidad de hombres que en la
realidad lo que tienen es un problema imaginario o de percepción que, en la
mayoría de los casos, se produce porque empiezan a compararse con los demás, o
porque en la adolescencia o niñez un familiar hizo comentarios inapropiados
delante de los niños, o empiezan a compararlo con el amiguito, con el primo o
el hermano, y esto trae como consecuencia un trastorno de autoestima que puede
superarse, pero que en algunos casos afecta al hombre por el resto de la
vida.
De hecho, según algunos
estudios, muchos trastornos de personalidad y autoestima se originan en los
mismos hogares, por los mismos padres, amigos, en centros de educación o
familiares muy cercanos, entre otros.
En realidad, la mayoría
de los hombres con esta preocupación lo que tienen es un trastorno de imagen
corporal, o ansiedad por pene pequeño, y algunos tienen incluso lo que se llama
Síndrome de Dorian Gray (preocupación excesiva por el aspecto del propio
individuo, acompañado de dificultad para aceptar el envejecimiento o la madurez
emocional).¨
En conclusión
amiga y amigo, si usted tiene problema con su tamaño visite al urólogo y si es
usted amiga no está conforme, visite un psiquiatra corriendo, que su problema
es otro evidentemente.