Un museo en memoria a Osvaldo Virgil, primer pelotero dominicano en llegar a Grandes Ligas.

Morro news
Por.- Willian Baldayaque


En el día de ayer las grandes ligas celebraban la llegada del primer beisbolista afroamericano en ingresar a las Ligas Mayores de Béisbol.

Jack Robinson, rompió las barreras del racismo y abrió la puerta a cientos de peloteros que llegaron luego de él. Su llegada acabó el trato más inhumano a una persona por su color de piel; donde los negros eran utilizado como propiedad personal, al trabajo forzado y donde su libertad era violada.

Ayer todos los jugadores de los equipos de grades ligas, llevaron el número 42 de Jack Robinson, como una muestra de respecto y de resaltar sus logros y enviando un mensaje importante sobre lo que significo el rompimiento del racismo en este deporte.

En república dominicana el 23 de septiembre de 1956; llega a las grandes ligas el primer dominicano, quién aparte de ser dominicano es también Montecristeño.

Mientras EEUU resalta ayer al primer negro en llegar a Grandes Ligas, hoy en República Dominicana y nisiquiera en nuestro pueblo se le da el valor y respeto que merece lo que significo ser el primero de más de 700 peloteros que han llegado hoy a grandes ligas.

Aunque hace poco se hizo un busto en su honor, aún así consideramos que no se ha valorado en su justa dimensión.
El play de Montecristi que hoy se encuentra abandonado, es un vergüenza como símbolo del deporte en la provincia, cuando esto debería ser un gran museo que sería un atractivo para todas las escuelas de niños que juegan béisbol del país y un orgullo en vida para conocer al primer pelotero en llegar a donde todos quieres llegar.

Sería una atracción a cientos de turistas que vienen de los EEUU y que aman el béisbol y que le gustaría conocer la cuna donde nació el primer dominicano en llegar a las mayores.

Ojalá algún día pensemos en que Montecristi es grande no solo por sus playas, centros históricos y cultura, sino por personas como Olvaldo Virgil que es un orgullo nacional y trascendieron todas las barreras, siendo hoy referente de orgullo para todos.
Un museo en memoria a Osvaldo Virgil, primer pelotero dominicano en llegar a Grandes Ligas.
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